POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA

El tiempo pasa, el palomilla que lleva dentro queda. Su voz aguda es la misma, pero la madurez ya se ha instalado con los años. no juega más al fútbol, aunque sigue ligado a la pelotita. Es su vida y no se puede ir del todo.

Regresaron los tiempos de ‘ampays’ y hace años viviste uno muy duro. ¿Cómo te enteraste qué ibas a salir en TV?

Estaba concentrado, jugábamos al día siguiente, en el canal salían anunciando: ‘Más adelante...’ y todos me miraban.

¿Qué siguió?

Cenábamos a las 9 de la noche y los malazos de mis compañeros le pidieron al cuerpo técnico hacerlo una hora antes.

¿Por qué?

No querían perderse el programa.

¿Qué ocurrió luego?

Todos se fueron a sus habitaciones, dejaron las puertas abiertas y ni bien salió el informe, se escucharon tremendas carcajadas.

¿Te multaron?

El técnico era Gustavo Costas y me respaldó ante los dirigentes: “Él no ha estado tomando, tampoco quebrando las leyes de disciplina. Es su vida privada y no tienen por qué sancionarlo ni multarlo. Ya tiene sus propios problemas”, les dijo.

Roberto Guizasola ha confesado que Franco Navarro le pegó por portarse mal...

El profe’ es tosco, tiene bromas feas, pero es un tipo que te habla de frente. Como me gustaba vacilarlo, me tenía loco metiéndome manazos en la cabeza. ‘Enano de m...’, me decía.

¿Todavía recuerdas tu debut en Primera?

Fue en Cristal, ante Huaral, y en el estadio ‘Lores Colán’.

¿Fue bueno?

Toda mi familia viajó a verme y, más ‘piña’, se lesionó el arquero Rafael Quesada y como era uno de los más chibolos me sacaron.


¿Quién te regaló tus primeros chimpunes?

El ‘Chorri’ (Roberto Palacios), que me recogía de mi casa para llevarme a los entrenamientos y me traía hasta la puerta. Él y ‘Coyote’ Rivera me llevaban, me regresaban, me llevaban a comer y nunca me pedían un sol.

¿Una anécdota de concentración?

Cristal contrató al argentino-ecuatoriano Carlos ‘Pájaro’ Juárez y le indicaron que concentre conmigo.

¿Le diste la bienvenida?

Lo llamé a un costado: “Mira hermano, soy sonámbulo, no me vayas a despertar cuando entro en trance que me puedes provocar un infarto si lo haces”, le advertí.

¿Te hizo caso?

Me metí a la cama, dejé que pase media hora más o menos y empecé a pararme, luego avancé hasta su cama, me metí, lo abracé, puse mi pierna encima de la suya y él me decía despacito: “Boludo, boludo, despertáte, despertáte”. No aguanté la risa y me mandó a volar.


¿Hay gente que sufre esa enfermedad?

Julinho. Por eso Marcelo Asteggiano le ponía conos al costado de su cama. Cuando empezaba a caminar de madrugada, se chocaba y solito se despertaba.

¿Una de Alianza Atlético?

Todos vivíamos en una casa que el presidente Lander Aleman nos había separado. Compartía cuarto con Carlos ‘Culebra frita’ Cáceda y el único que tenía su cuarto solo era Lino Morán.

Un zurdo muy bueno...

Para salir a la calle teníamos que pasar por su ventana y una vez lo encontramos mirándose al espejo y decía: “Qué lindo que estás, hoy ganas”.

¿Alguno se ‘agrandó’?

El ‘Cholito’ Marco Casas no estaba jugando, Franco Navarro lo ponía 15 a 20 minutos...


¿Y qué hizo?

Se acercó y le dijo: “Creo que debo jugar más tiempo”. El profesor le respondió: “¿Así que estás pidiendo jugar todo el partido? Desde mañana empiezas a trabajar con la reserva y allí te van a poner”.

¿Un recuerdo de Bélgica?

Yo jugaba en Gent y ‘Cuto’ (Guadalupe) en Malinas. Nos juntábamos para ir a bailar salsa y él siempre tenía de pareja a una chica belga, rubia, que bailaba excelente.

¿Era la sensación?

Cuando salían a la pista todos se abrían y los dos eran el centro, la única pareja en el ruedo en medio de aplausos.

Ahora eres dirigente...

El Real Matellini es el equipo del barrio, juega en la Liga de Primera de Chorrillos y somos una verdadera familia. Los que juegan pagan 30 o 40 soles mensuales y todo lo recaudado es para invertirlo en ellos mismos.

Hasta academia tienen...

Es una escuela formativa y competitiva. Los martes, jueves y sábados trabajamos con niños de 5 a 16 años y soy el gerente deportivo.

Un abrazo, es buena la obra social que realizan...

Gracias al diario ‘Trome’, nos conocemos años, aunque antes ni nos podíamos ver, ja, ja, ja.






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