no ha impedido que Victoria Raza Sáez (65) siga dictando su taller de tejido a crochet, ella y empezar a usar plataformas digitales como Zoom. No fue sencillo, pero tampoco imposible porque siempre se ha caracterizado por ser una mujer decidida, fuerte y con muchas ganas de enseñar a los demás.

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Llevo casi 30 años enseñando a tejer con crochet, empecé a darle clases a las esposas de los mineros en La Oroya. Luego vine a Lima y seguí con esta labor porque me di cuenta que hay muchas mujeres que tienen las ganas de aprender este arte para confeccionar diferentes cosas y venderlos, y, de esta manera, tener un ingreso de dinero más en la casa”, cuenta doña Vicky, como cariñosamente la llaman sus alumnas.

Desde el 2019, la señora Victoria viene enseñando gratuitamente en el Centro Cultural de Ate y, hace unos dos meses, recién ha empezado con las clases presenciales. Como parte de la campaña navideña, ella y sus alumnas han confeccionado con crochet muñecos, coronas de adviento, tapetes e individuales para la mesa.

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“Mis chicas son muy empeñosas y creativas, eso me motiva a enseñarles más cosas. Por eso, ahora estamos haciendo manualidades más elaboradas con crochet. Varias de ellas son madres solteras y quieren aprender más para emprender y sacar adelante a sus hijos”, expresa esta noble maestra que también quiere enseñar a tejer prendas de vestir.

La profesora Vicky. Fotos: Trome.
La profesora Vicky. Fotos: Trome.

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Antes las clases eran virtuales, muchos adultos mayores no podían acceder a ellas porque no tenían un celular o no sabían cómo manejar estos aparatos. Decían que estaban tristes, que querían salir de casa, que estaban aburridos.

Cuidan todos los protocolos de seguridad, les toman la presión, les brindan alcohol para desinfectarse, incluso tienen un oxímetro para llevar un control de su estado de salud. Fotos: Trome.
Cuidan todos los protocolos de seguridad, les toman la presión, les brindan alcohol para desinfectarse, incluso tienen un oxímetro para llevar un control de su estado de salud. Fotos: Trome.

‘¡A la derecha y a la izquierda, en los ojos, arriba, y en el pecho ‘alante, ¿qué dice?... aaaaazúcar!’. Aunque se trata de gimnasia terapéutica con música lenta, de vez en cuando se escapa una salsa que los adultos mayores del Centro Integral de Atención al Adulto Mayor (CIAM) de Santa Anita, disfrutan de principio a fin.

La responsable de toda esta movida es doña Julia Puclla, quien aunque aparezca toda seria en la foto, es una gran anfitriona y encargada de organizar estos encuentros tres veces a la semana, de 8 a 10 de la mañana, en el Parque Lampa de Oro.

Hace un mes abrimos los talleres presenciales, uno de ellos es la gimnasia terapéutica para adultos mayores. Nuestros abuelitos están muy contentos por volver a salir de casa y hacer ejercicios al aire libre. Nosotros cuidamos todos los protocolos de seguridad, les tomamos la presión, le brindamos alcohol para desinfectarse, incluso tenemos un oxímetro para llevar un control de su estado de salud”, indica la señora Julia.

Puclla cuenta que decidieron iniciar con las clases presenciales porque los mismos adultos mayores lo pedían. “Antes las clases eran virtuales, muchos abuelitos no podían acceder a ellas porque no tenían un celular o no sabían cómo manejar estos aparatos. Nos decían que estaban tristes, que querían salir de casa, que estaban aburridos. Ahora es otra cosa, ellos están felices, sonrientes y muy activos”, expresa.

Para más información de los talleres gratuitos para adultos mayores pueden revisar su página Facebook (CIAM De SANTA ANITA).

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