Ocho meses de prisión preventiva dictó el Poder Judicial de la región contra el sujeto que asesinó de un balazo y enterrado a un niño de 10 años, en la provincia de Pataz.

Erick Quijano Vásquez, de 18 años, quien era vecino del niño, confesó que le disparó casualmente al menor en la cabeza cuando manipulaba un arma fuego en la vía pública. Ante ello, decidió enterrar el cuerpo en una fosa de dos metros en complicidad, con su primo y su hermano.

Asimismo, reveló que un taxista los trasladó a Carhuasucha, en la localidad de Buldibuyo, donde sepultaron el cuerpo. El investigado, que afronta los delitos por homicidio simple y tenencia ilegal de arma de fuego, será internado en el penal El Milagro de Trujillo.

La víctima desapareció la tarde del 2 de febrero pasado tras salir de su casa para jugar fútbol en el distrito de Parcoy y fue encontrado 10 días después luego de que las rondas campesinas capturaran al imputado, quien los condujo al lugar donde lo sepultó.

El día de su captura, este individuo aseguró que “fue un accidente lo que pasó y no supe qué hacer. Al final tomé esta decisión (de enterrarlo) porque no sabía qué hacer”.

Los padres del menor, que reportaron su desaparición y que lo buscaban incansablemente, exigieron una exhaustiva investigación y la máxima pena para Quijano Vásquez.

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