Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación*

Se dijo que el presidente Pedro Castillo, Vladimir Cerrón, la vicepresidenta Dina Boluarte y el preso Antauro Humala estaban en una lucha encarnizada para colocar a su gente en esa entidad, que procesa información clasificada relacionada a la seguridad interna y externa del país.

El viernes, el periodista Ángel Páez, del diario ‘La República’, confirmó que, en efecto, en ese organismo se estaba produciendo una razzia de los antiguos y experimentados directores, para reemplazarlos por gente de confianza y allegados al actual gobierno.

De un plumazo fueron separados los directores de Inteligencia, Contrainteligencia, Seguridad Digital, así como cuatro asesores de la Alta Dirección y consejeros del área de terrorismo y contrainteligencia.

“El jefe de la DINI, José Fernández Latorre, solo firma las resoluciones”, me dice una fuente de esa entidad. Como ya se ha dicho, Fernández no tiene experiencia en el campo de inteligencia. Fue nombrado en el cargo por el solo hecho de ser allegado a Richard Rojas, hombre de extrema confianza de Vladimir Cerrón.

El verdadero cerebro de la reestructuración de la DINI, siempre según la fuente, es el general EP (r) Gustavo Bobbio Rosas, quien fue nombrado por Fernández como jefe de su Gabinete de Asesores.

Bobbio trabajó con el general montesinista Nicolás Hermoza Ríos y, según él mismo lo dice públicamente, es asesor y amigo íntimo de Antauro Humala, preso por el asesinato de cuatro policías.

Bobbio tiene el control de todo y está armando sus propios cuadros. Ha colocado como nuevo director de Contrainteligencia al general del Ejército Marco Merino, de la promoción de Humala.

Una honda y justificada preocupación existe sobre lo que ocurrirá con el ‘Proyecto Pisco’, un sistema electrónico de última generación para interceptar llamadas telefónicas, de propiedad de la DINI. En el año 2013, fue adquirido por el gobierno del expresidente Ollanta Humala, para la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico.

El equipo, que fue comprado a una empresa israelí por S/ 55 millones, es capaz de interceptar en tiempo real, y simultáneamente, tres mil conversaciones telefónicas, así como mensajes de texto de teléfonos celulares. Para su funcionamiento se construyó un ambiente especialmente equipado, que se encuentra adyacente a las instalaciones de la DINI, en Chorrillos.

El sistema es exclusivamente manejado por la Policía y supervisado por la Fiscalía y el Poder Judicial, que son las únicas instancias que aprueban las escuchas legales.

En el mismo lugar donde funciona el ‘Proyecto Pisco’ también está ‘Constelación’, el otro equipo de interceptación legal que antes funcionaba en el local de la policía antidrogas, en Surquillo. En total son cerca de 200 agentes, debidamente preparados, los que tienen a su cargo esa delicada misión.

Los nuevos jefes que están copando la DINI no ofrecen garantía alguna. Son políticos. Ya estamos avisados.

Nos vemos el otro martes.

*Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.


tags relacionadas

Contenido sugerido

Contenido GEC