INCREÍBLE. La historia de Juan Pablo V. A. parece sacada de la pantalla grande. Y es que este hombre de 48 años fue declarado muerto a causa del en pero tres días después apareció vivo en la puerta de su casa, dejando en shock a sus familiares.

Todo empezó el pasado sábado 25 de abril cuando Juan Pablo sufrió una caída en su casa y se golpeó fuertemente la cabeza. Su hermana menor lo llevó hasta el Hospital Apoyo , donde le dijeron que habría arrojado positivo a la temida enfermedad.

El hombre tuvo que ser trasladado al hospital COVID-19, para su atención. El domingo, un día después, su hermana acudió al nosocomio y las enfermeras le pidieron pañales y medicinas. Cuando regresó con las compras, un médico le informó que su hermano había muerto.

La mujer contó a un medio local de la ciudad de Iquitos que quería ver el cuerpo de su familiar pero los doctores le indicaron que era imposible. Volvió a casa y comunicó la triste noticia a su familia.

Tres días después, ya resignados a la muerte de Juan Pablo, sus familiares quedaron en shock al verlo parado fuera de su casa. “Era como un sueño lo miré bien y era él. Me levanté, lo agarré y lo bañé. Ahora ya está con nosotros, pero no sé cómo pasó, porque dijeron que mi hermano estaba muerto, no entiendo, dijo según consignó el Puerto Noticias.

Según el medio, los médicos del hospital aún no se han pronunciado por el hecho y sus familiares temen a que tenga aún el virus y pueda contagiar. Su hermana aseguró llegó con un olor fétido y que solo recuerda haber llegado a su casa caminando por la carretera.

La familia de Juan Pablo sospecha que lo dieron por muerto y lo llevaron hasta la carretera, donde habilitaron un espacio para enterrar los cuerpos de los fallecidos por coronavirus de Iquitos.

“Estamos muy preocupados, acá en mi casa vivimos un total de 10 personas, entre ellos hay niños y por favor pedimos el apoyo de las autoridades de salud, estamos en peligro. Tenemos miedo ya que mi hermano al parecer fue envolsado vivo entre los muertos por coronavirus y se fueron a botarlo en la carretera, ya que se tiene conocimiento que no les entierran bien, solo cumplen con ir a dejarlos y a las justas los entierran por temor a contagiarse", dijo un familiar al periodista local Piero Torres Pulpin.

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