Cuando el público en un auditorio estalla en risas, eso solo puede significar dos cosas: o considera que el expositor hizo un comentario muy ingenioso o, por el contrario, muy absurdo. pudo haber pensado que su caso fue el primero, pero puede que esté equivocado, a juzgar por el comentario que hizo.

En la I Conferencia Anticorrupción Internacional, organizada por la Contraloría, lo que tuvo que responder César Acuña no fueron tanto preguntas sobre el tema central, sino sobre las denuncias de plagio tanto contra su tesis doctoral como la de la maestría.

El periodista Eduardo Guzmán le preguntó a César Acuña si de llegar a ser presidente, teniendo tremendas denuncias por plagio encima, “tendremos que consentir un nuevo adagio popular “plagea pero construye universidades””.

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La pregunta generó aplausos del público y César Acuña, seguramente pensando que las circunstancias se prestaban para ser gracioso, respondió: “En primer lugar, rechazo la palabra plagio. Como siempre lo he dicho, ha sido una omisión y eso hace 25 años cuando todavía no supe que iba a ser candidato presidencial”.

Una risa generalizada se apoderó del auditorio y entonces César Acuña agregó: “¡Apláudanme, pues, chicos!”, al parecer pensando que el público estaba celebrando su respuestas, considerándola certera y audaz. ¿Habrá sido así?

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El periodista Eduardo Guzmán le preguntó a César Acuña si de llegar a ser presidente, teniendo tremendas denuncias por plagio encima, “tendremos que consentir un nuevo adagio popular “plagea pero construye universidades””.

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Una risa generalizada se apoderó del auditorio y entonces César Acuña agregó: “¡Apláudanme, pues, chicos!”, al parecer pensando que el público estaba celebrando su respuestas, considerándola certera y audaz. ¿Habrá sido así?

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