Dejemos los por un rato. Sí, valdrá la pena. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? A la canción de Andrés Calamaro se le puede agregar unos cuantos versos más, diciendo que hasta unos roedores nos pueden enseñar del amor. Ironías de la vida, se supone que es el sentimiento humano por excelencia (acaso junto con el odio) y hasta unos parientes de las indeseables ratas tienen algo para decirnos al respecto.

Gracias a la podremos conocer más de todo aquello que nos genera dudas. Y no solo sobre el amor, sino lo que te contaremos a continuación tiene que ver hasta con el . Comencemos. 

Un artículo publicado en la revista afirma que el cerebro de los roedores llamados topillos de la pradera (Microtus ochrogaster) tiene las claves para entender el funcionamiento del amor. Estos ratones son conocidos por ser uno de los pocos mamíferos que permanecen con su pareja toda la vida. Para entender cómo se crea este vínculo, un equipo de científicos, liderado por investigadores de la (EE UU), ha estudiado los circuitos cerebrales de estos animales. Los resultados de este estudio podrían ayudar a mejorar las habilidades sociales en trastornos como el autismo.

Basándose en trabajos ya realizados en estos roedores, que demostraron que sustancias químicas cerebrales, como la oxitocina y la dopamina, desempeñan un papel en el vínculo de pareja, el equipo se propuso tratar la actividad neuronal precisa que conduce a este nexo. ¿Y cómo lo hicieron? Usaron la optogenética (tecnología que emplea la luz para conectar diversas áreas del cerebro) que monitoriza la actividad en dos regiones del cerebro (la corteza prefrontal media y el núcleo accumbens) de topillos hembra, mientras se relacionaban con los machos.


Los investigadores decidieron estimular la comunicación neuronal entre ambas regiones en algunas de las hembras. El resultado fue que, al día siguiente, las que habían sido sometidas a dicha estimulación, mostraban interés en emparejarse con los mismos machos con los que se habían relacionado el día anterior, y el resto no parecía mostrar preferencia por ninguno en concreto.

Los resultados del estudio identifican un importante circuito de recompensa en el cerebro que se activa durante las interacciones sociales. De este modo, una mayor actividad cerebral de este tipo está vinculada con una mayor facilidad del individuo para elegir con quien emparejarse. Y, cuanto menor es esa actividad, más tímido y menos sociable parece mostrarse el ratón.

Algo tan potente y universal como el sentimiento de amor es un enigma aún para la ciencia. Aún así, poco a poco se va desentrañando cuál es el proceso cerebral que nos hace sentir apego. Una investigación realizada por los científicos de la Universidad de Western Sydney ha logrado identificar las razones que conllevan a una ruptura de pareja. Las causas principales son tres acontecimientos que "matan al amor". Según el estudio, publicado en y en el que participaron 6.500 personas, en una relación a largo plazo, la falta de sentido del humor, el sexo pésimo y la falta de confianza son las razones principales para acabar con el vínculo. Aunque el amor, al menos por ahora, no es una ciencia exacta. En un futuro, quizá podamos tener robots que nos asesoren sobre asuntos sentimentales mejor que ningún humano. Por ahora, programadores japoneses han creado el sistema de inteligencia artificial Oshi-el, capaz de dar -a través de una página web- respuestas detalladas a preguntas sobre relaciones personales o problemas del corazón. 
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